domingo, 27 de abril de 2008

“Política y religión o el concepto relativo de la laicidad "

A través del mundo, en muchos países, hay un debate que sigue creciendo entre los laicos y aquellos que están a favor de la implicación de la religión en el juego político. Para expresar y concretizar más esta confrontación intelectual, he elegido como ejemplo un debate apasionante entre Felipe González, ex presidente del gobierno español y de otro lado el famoso periodista del periódico El País: Cebrián Juan-Louis. Este debate ha tenido lugar en la universidad de Brown en Rode Island en los estados unidos. El ex presidente del gobierno empezó su intervención con la idea según la cual: había que prohibir la enseñanza religiosa en todos los cursos públicos (escuelas, colegios,...). En cambio el periodista que la enseñanza religiosa debía caber todas las tres religiones y no sólo la católica. Los dos protagonistas del debate notaron que la incorporación de la religión como arma en la lucha política no es un asunto exclusivamente español, si no también francés. Efectivamente, Cebrián observó que la relación religión-política llama la atención y para mostrarlo, él afirmó que una personalidad muy importante de la derecha francesa esta intentando cambiar la historia de Francia dudando de que la laicidad sea uno de los pilares sumamente importantes del régimen político moderno francés. Entonces, este responsable político esta defendiendo la tesis de la incorporación de la religión en el juego político y según Cebrián también este comportamiento político deja aparecer una contradicción entre la voluntad de un país de ser laico y la actitud de algunos políticos franceses de seguir contra su pasado y su identidad nacional basada sobre la separación de la religión del estado en Francia (desde la ley del 1905 que obligo los poderes políticos a separar la religión del estado). En el mismo contexto, González añadió que si la religión se introduce en la política podría ser una arma terrible y que podría ser usada para satisfacer intereses políticos de algunos protagonistas del juego político. Así, esta incorporación podría aumentar el poder de esos protagonistas, usando la religión.

Al final, yo creo que, a pesar de ser una de los componentes de la identidad nacional, la religión debe ser una expresión personal de la fe de cada uno. Si no, puede ser el medio de transformar la sociedad en una etnicidad exclusiva y extremista, con el peligro de descartar las otras etnias y de aumentar axialmente el riesgo de guerra civil. Entonces, la religión era y debe ser un mensaje de paz y de amor y nunca un medio para conseguir metas políticas.

ALI Benjelloun

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