El complejo de inferioridad pertenece a la teoría del psicoanálisis de Alfred Alder, alumno se Sigmund Freud. Para él significa: “el temor a ser inferior a los demás”. El origen de este temor es una debilidad real o una educación insuficiente.
El complejo de inferioridad estaba presente en cada uno de nosotros cuando éramos bebés, vivíamos en un estado de inferioridad y de dependencia de los mayores.
Alfred Alder extendió esta teoría en la vida psíquica, y dijo que el sentimiento de inferioridad se vuelve patológico cuando llegamos a una edad de madurez y todavía no hemos logrado superarlo.
Lo más frecuente, los complejos están relacionados con la apariencia física (minusvalía, etc.…) y esto arrastra unas perturbaciones en la vida cotidiana, por eso las personas “enfermas” son convencidos de tener un enorme defecto.
También la gente puede sufrir de:
1) Complejos psíquicos: falta de cultura, inteligencia, etc.…
2) Complejos sociales: falta de dinero, de trabajo, tener vergüenza del origen,…
Para resumir, el complejo de inferioridad consiste en compararse con los demás y considerarse globalmente peor que ellos.
Las consecuencias del complejo de inferioridad son:
Una timidez paralizante.
Una resignación excesiva.
3) Mitomanía.
4) Parodia.
Desgraciadamente no existe ningún tipo de remedio para curar estos complejos, por eso debemos aceptar nuestra realidad. Si no, hay que ver un profesional para tratar el caso según los síntomas del mal.
Remedio personal:
Para evitar la creación del Complejo de Inferioridad, los padres deben fijar a sus hijos unas metas razonables para conseguirlas y que la dificultad de estas metas crezca de manera que permita a los niños desarrollar sus capacidades, así incrementar la confianza en si mismos.
Younes Khadaychi C1
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