martes, 25 de agosto de 2009

¡Folla por solo 15 euros!

¡Folla por solo 15 euros!

¡Hola chicos! ¿Qué tal? ¡Cuánto tiempo sin vernos! Me parece que alguien nos miró alguna vez con mala intención y resulta que nada volvió a funcionar como antes: decidí terminar de una vez por todas con las clases de español, lo mismo hicieron unos cinco compañeros, nuestro querido Óscar cayó enfermo durante cuatro meses, y ya está, nadie volvió a escribir nada en este sagrado blog. Menos mal que podemos vernos de vez en cuando en algún restaurante para charlar un rato y pasarlo bien.

Bueno, lo que importa ahora es que sepáis que, hace unos dos meses y medio, me puse a dieta y empecé a hacer deporte cada día, con lo cual adelgacé: sí señor, resulta que perdí muchos kilos, de un total de treinta que debo perder. Algunos lo notaron, otros todavía no, porque nunca olvidaran la imagen de Mariam, pero tampoco está mal: “seguiré caminando, seguiré esperando, aunque me duela, amor”. Así lo dice “Amparanoia” en una de las canciones que más me gustan. Eso es: me decidí a andar unos cinco kilómetros al día. Y mientras yo andaba tranquilamente en el bosque de “Milton”, como suele llamarlo la gente de Rabat, sucedió algo raro de verdad, fijaos:

Había una chiquilla rubia que debía de tener unos cinco añitos, montando en bicicleta y dando un paseo por allí. A pesar de la velocidad con la que iba la hermosa, pude leer lo que estaba escrito en el manillar, con mayúsculas de color rosa: “FOLLA”. ¿Pero qué demonios tiene este término que ver con los niños? ¿Será que esta generación lo sabe todo desde el principio? ¿Ya saben que para que vengas a este mundo, hace falta que tu padre le dé a tu madre lo suyo y lo de su prima? ¿Ósea que ya están al corriente? ¿Que hace falta que tu padre le dé todo lo que tenga adentro? Esperad: ¿sabéis lo que significa “Folla” en español? Venga, os lo explico ahora mismo.

Folla viene del verbo follar, un término ramplón y grosero, que significa hacer el amor. No os recomiendo buscar esta palabra en Internet, porque lo primero que vais a encontrar son unos videos del porno o paginas guarras. Es decir que esta palabra tiene el mismísimo sentido vulgar de “Fuck” en inglés. Y ahora, ¿a qué viene esto? Es algo que no tiene nada que ver con el “fucking”, de veras. Lo que pasa es una simple confusión, un exceso de vocabulario que aprendió vuestra compañera. Porque la palabra “Folla” que vi no era nada más ni menos que el logo de una empresa que confecciona muñecas para niñas como esa que vi en el jardín.

Eso sí. Que los árabes quisieron inventar juguetes para crías como la famosa “Barbie” que tienen en el Occidente. Esa figura flaca hecha de plástico, que tiene el pelo largo, rubio y rizado, y que está siempre vestida de color rosa, fascinó a nuestros talentosos hermanos del Oriente. Desde luego produjeron una nueva muñeca y la llamaron “Foula”. Desde mi punto de vista se debería escribir así, con “ou” y no “o”. Esta palabra significa en árabe un tipo de flores, فلة. No cabe duda que nuestros hermanos no saben nada del español, con lo cual lo escribieron así sin duda ninguna. Y bajo las condiciones de la mundialización, este producto se vende ahora en varios países, incluso países de habla hispana. Hombre, ¡qué lío! Eso es el colmo de la confusión. Un juguete con un nombre tan ambiguo.

Imagínate lo que diría una niña madrileña a su madre, frente al escaparate de una tienda de muñecas (que eso también es el título de una canción de Lucas, “Tienda de muñecas”):

- Mamá, quiero folla, esa linda, ¡ahora!

- Pero cari, ¿te has vuelto loca? ¿A ti te gustan las chicas? Anda, y yo que me temía que tuvieras el mismo vicio de tu tía Ámbar, que está siempre liada con mujeres…

Y sale el dependiente, elegante y sonriente, y le dice al cliente:

- ¡Folla por solo 15 euros!

Inmediatamente un viejo se acerca y le contesta:

- ¿Y eso? ¡Para que no vuelvan a decir que en mi época era barato!

Una verdadera mierda, lo siento. En fin, toda esta página era para refrescar nuestro blog. Os invito a dejar vuestros comentarios, y bienvenidos otra vez en el mundo del español.

Mariam HAJOUJI